La presión alta es un mal irreversible en el que las vías sanguíneas más pequeñas se angostan o las arterias pierden su elasticidad general, lo que obliga al corazón a bombear con más fuerza para abastecer de sangre a todos los órganos. Si le han diagnosticado este padecimiento, tenemos varias sugerencias para evitarle problemas indeseables.
- Monitorear su presión regularmente, sin obsesionarse, procurando que esta revisión sea siempre a la misma hora y en condiciones semejantes.
- Practicar una rutina de ejercicio adecuada a la edad, ya que esta actividad favorece la buena circulación sanguínea, ayuda a lograr oxigenación adecuada y eliminación de grasas, además de que fortalece al corazón.
- Eliminar hábitos dañinos asociados con el padecimiento, como consumo de alcohol y tabaco, pues son estimulantes que aceleran el ritmo cardiaco y favorecen la hipertensión.