Una de las principales aspiraciones del adulto mayor es envejecer plenamente, pero lograr esa longevidad en aceptables condiciones físicas y mentales va a depender de su estilo de vida.
Para una cantidad plural de geriatras, el envejecimiento es un proceso natural del que se desconoce mucho todavía.
Investigaciones recientes han estado dirigidas a encontrar claras señales, indubitables, de la forma como se lleva a cabo el envejecimiento.
Cuando se realice este hallazgo, los médicos estarán en condiciones de predecir la cantidad probable de años que se podrá vivir y en qué condiciones, y hasta la época en que se producirá la muerte del paciente. Pero hasta el momento no se han hallado los marcos de referencia que permitan determinar ciertos misterios relacionados con la longevidad, hasta ahora celosamente guardados por la madre naturaleza.
Afirma un conocido geriatra norteamericano que todos nosotros sufrimos algún grado de decaimiento irreversible, que se traduce en la debilidad de algunos huesos, en la reducción de la capacidad pulmonar y en preocupantes deficiencias cardíacas. Sobre la causa de estos problemas, aún se investiga.
En cambio, se ha determinado que el aumento de peso y la falta de fuerza muscular están ocurriendo debido al sedentarismo en la vida del paciente, en la falta de ejercicios, lo que es de capital importancia para lograr una vida sana tanto física como mental, tal como dijera Juvenal: "Mens sana in corpore sana".
Después de estas consideraciones, estamos en condiciones de afirmar que la longevidad, más que un asunto hereditario, es una cuestión de estilo de vida.
Por esto, decimos a los pacientes, especialmente a los adultos mayores, que lo más aconsejable que pueden hacer para el logro de una vejez en medio de una mejor calidad de vida, es hacer ejercicios moderados y, sobre todo, conservar una buena nutrición. Estas son indicaciones que los médicos han recomendado en repetidas ocasiones y que, hablemos claro, muchos pacientes no están cumpliendo debidamente. Como resultado de estas omisiones, surgen accidentes que interrumpen la vida de personas que bien pudieran haber vivido 100 años o mucho más, porque la medicina ha adelantado asombrosamente y sigue obteniendo positivos logros a medida que avanza este milenio.
Estudios llevados a cabo por especialistas indican que si el adulto mayor realiza ejercicios regularmente e ingieren alimentos antioxidantes, especialmente los que contienen vitaminas C, E y betacarotenol, se pueden reducir las fuerzas que causan daños, a veces irreversibles en nuestro organismo.
Los geriatras afirman que si se pudiera retardar el proceso del envejecimiento y poner una barrera a las enfermedades crónicas, el ser humano disfrutaría su vigor e independencia por mucho mayor tiempo.
Hay una vieja teoría aún en boga y es que la herencia incide en el rápido envejecimiento de las personas, pero la misma no tiene asidero científico según se ha demostrado a la luz de la experimentación en laboratorios de alta eficiencia y de moderna tecnología. Está demostrado que la calidad de vida es crucial en la forma como envejece el ser humano.
En conclusión, traemos las palabras lapidarias de un geriatra muy respetado a nivel mundial, "No hay forma de evitar el envejecimiento. Lo que sí se puede lograr es hacerlo más lento".