El distrito capital está inundado de basura. En las barriadas se observan montañitas de desechos. Los camiones de la Dirección Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario (Dimaud) no brinda ahora el servicio de manera continua. Se tardan entre 4 y 5 días para cumplir su labor de recolección.
El usuario que paga puntualmente la tasa de aseo observa como se deteriora el servicio y el lema de la Gran Ciudad Limpia parece haber quedado en el olvido.
El argumento frente al deficiente servicio es la falta de camiones. Hace un año se realizó la licitación para la compra de 29 vehículos recolectores.
La suma involucrada supera los seis millones de balboas. Una pugna entre dos empresas mantiene paralizado el proceso de adquisición, que ahora se dilucida ante la Corte Suprema de Justicia.
Sucede que en el Organo Judicial el expediente parece que duerme el sueño de los justos, o más bien de lo injusto, porque no hay definición y mientras el contribuyente es quien paga los platos rotos.
Justicia tardía no es justicia. Los magistrados deben definir de una vez por todas el dilema para que así el Municipio de Panamá compre los camiones de recolección a una u otra empresa y no tengan más excusas para no recoger la basura.
En estos días se cuestiona a las comunidades que lanzan de manera irresponsable la basura a quebradas y ríos, pero si las instituciones encargadas de brindar ese servicio no cumplen con sus tareas, qué podemos reclamarle a esa gente.