Las compañías Digicel Panamá y Claro Panamá firmaron ayer con el Estado sendos contratos de concesión para ofrecer el servicio de telefonía móvil, lo que sin duda ampliará la competencia y las ofertas, al permitir la participación ahora de cuatro proveedores en el mercado de las telecomunicaciones a través de los celulares.
Cada uno de los nuevos actores del negocio pagó $86 millones tras ganar una licitación internacional.
Para Panamá, un país pequeño, pero con un importante centro financiero, una zona libre de comercio, el Canal Interoceánico y un punto de destino para muchos extranjeros, es significativo que empresas dedicadas al negocio de la telefonía pongan sus ojos sobre nuestro país.
Ahora lo que importa es que las reglas de la libre competencia por fin se cumplan y que los usuarios salgan beneficiados. Se espera que las tarifas sufran alguna merma, ya que con cuatro empresas ofreciendo el servicio en un mercado pequeño como el panameño lo lógico es que los precios bajen.
Es casi seguro que Movistar y Cable & Wireless también hagan sus ajustes para que no le arrebaten un gran porcentaje del pastel de 600 millones de dólares que representa el negocio de la telefonía celular en Panamá.