Se quejaban los moradores del multifamiliar ubicado en Calle "B", cerca de donde ahora está el nuevo Mercado Público, de problemas en el agua.
Los encargados del edificio alegaban que hacían todo lo posible para que el servicio de agua fuera eficiente.
Al llegar las quejas a la televisión, fui a buscar las dos versiones, tanto de los quejosos como de los responsables del edificio.
Sus técnicos me pidieron que "por mis propios ojos" (y la cara de TV) viera las cosas increíbles que causaban problemas en la distribución de agua.
Esa mañana me encontré en "la curumbita" del multifamiliar. Confieso que tuve miedo de un resbalón y matarme. Pero el deseo de conocer y divulgar la verdad pudo más.
Abrieron el enorme tanque de agua del techo del multifamiliar y con ganchos recogieron... calzoncillos, panties, camisetas y otros objetos extraños.
¿Cómo habían llegado allí si había un candado en la tapa del tanque?
La única explicación era que esas prendas las usaron para hacer brujería a algunas personas del multifamiliar. Y se subieron hasta allá para lograr sus malsanos propósitos.
Recordé esta anécdota de mi vida periodística de hace más de treinta años, cuando me entero de la variedad de objetos que gente irresponsable tira a ríos y quebradas. Luego ocurren las inundaciones por culpa de ellos.
Tal hecho también ocurre con servicios públicos. Personas que los limpian se asombran de la cantidad de objetos que tiran al inodoro dañándolos, aunque haya letreros que adviertan que no lo hagan.
Ya no se trata de toallas sanitarias, sino hasta carteras viejas, "focos de pila", vasos de cristal y otros artículos.
Esto demuestra que un sector del pueblo panameño no es responsable, por más que se les informe de lo negativo de sus acciones.
Luego no les extrañe verlos gritar ante los periodistas contra el gobierno, porque hubo inundaciones, o no funciona el agua potable y servicios higiénicos.
Añada a esto algunos casos de "brujería", donde "entierran" hasta fetos y cráneos que roban de tumbas...
Es imposible poner cámaras "vida-ajena" en esos sitios, para sorprender a los irresponsables. Menos funcionaría unos "vecinos vigilantes" para contrarrestar estas acciones.
Habrá que esperar que esa gente "poco-me-importa" comprenda (por las buenas o las malas), el daño que hacen a otros con sus acciones.
(¡Espere sentado que esto suceda!)