Pablo Miranda de 41 años, reside en la comunidad de Altos del Río en la ciudad de David. El señor Pablo se dedica a la reparación de relojes hace 14 años; nos comenta que le llamó la atención este oficio y por iniciativa propia estudió un curso de relojería por correspondencia por dos años y medio, cuyos instructivos venían de México.
A muy temprana edad, en una finca de la Chiriquí Land Company, en Puerto Armuelles, Pablo se encontró un reloj en el suelo, se interesó en observar sus piezas e inclusive le colocó su nombre. Posteriormente en una revista, se enteró de que podía estudiar relojería a distancia, "me dí cuenta que ésta es una profesión y se estudia, a partir de ese momento me interesé en ella".
Su primera oportunidad de trabajo se la concedió un relojero de origen salvadoreño, propietario de un taller que se dedica a esta labor en la ciudad de David. "Allí estuve afinando más mi profesión en la práctica y luego seguí sólo", explicó.
Actualmente, mantiene un pequeño local en la avenida tercera; un área muy transitada de la ciudad, donde usualmente sus clientes llegan con la intención de que se les repare cualquier falla en sus relojes . "
"Del 70 al 80 por ciento de los clientes son recomendados; son clientes que han venido anteriormente y siguen viniendo y de igual forma, me envían más clientes".