En total abandono se encuentran muchas de las infraestructuras que tiene la Universidad Autónoma de Chiriquí, por la falta de mantenimiento de la pasada administración.
El nuevo rector Héctor Requena aceptó que encontraron unas instalaciones que hace muchos años no se pintan y no se limpian, un deterioro progresivo en el alambrado eléctrico y las tuberías de aguas negras son un desastre.
Se requieren unos dos millones de dólares para mejorar el aspecto de los salones de clases y sus tableros, al igual que los deteriorados aparatos de aire acondicionado.