Vuelvo a tocar el tema del 30 por ciento que arbitrariamente el Tribunal Electoral (TE) de Panamá le ha asignado a la mujer panameña como "cuota" de su participación en la vida política nacional. ¡Qué cosa más absurda!
Al respecto, preguntó: si la mujer panameña sólo vale 30 por ciento en cuestiones políticas, ¿cómo se distribuye el restante 70% en lo referente a su vida social, profesional, familiar, religiosa, conyugal, laboral y amical?
A mi parecer, esto de la 'cuota de 30%' adjudicada a la mujer es una vergonzosa discriminación y una abierta "afrenta" en contra la mujer, sin dejar de mencionar que esa cuota coloca a la mujer en contraposición a lo dispuesto en nuestra Carta Magna en su Artículo 19, el que establece con claridad meridiana: "...No habrá fueros ni privilegios personales ni discriminación por razón de raza, nacimiento, clase social, sexo, religión o ideas políticas...". Ninguna ley puede estar por encima de la Constitución, por lo que todos esos artículos que tuvieron su génesis en el TE, mediante los que se "concede a la mujer un mínimo de 30% en materia política, a más de ser una aberración jurídica, es también una violación a dicha Carta Constitucional.
A la luz de lo anterior, debo retirar mi tesis que la jurisprudencia panameña sigue cojeando del lado que más le duele al pueblo, ya que "de oficio", sin que mediase una denuncia previa al respecto, la Corte Suprema de Justicia debió haber "tumbado", 'ipso facto', todos esos artículos que el TE ha creado en contra de la mujer panameña.
Y si a porcentajes discriminatorios en contra de la mujer nos estamos refiriendo, miren ustedes no más que"(...) el Ministerio Público de Sao Paulo (Brasil) pretende imponer 'cuotas' de modelos negras en los desfiles para combatir el racismo en las pasarelas (ya que) (...), al parecer el porcentaje de las modelos negras es menor que al de las blancas (...)". (Crítica, 15 de abril/09, Sección "Moda", página 48).
Estoy en total desacuerdo con cualesquier tipo de imposición de cuotas a un ser humano cuando esto se refiere a su participación en cualesquier evento, especialmente político, en el que las reglas deben ser parejas, tanto para hombres como para mujeres. De hecho, las mujeres deberían agruparse masivamente para que el Tribunal Electoral Panameño elimine de sus leyes esos - y cualesquier otro - artículos que sean abiertamente discriminatorios contra la mujer, porque, insisto, hombre y mujer deben gozar de los mismos derechos, que no privilegios. ¡Au Revoir!