"Apúrate, dijeron que Eros era a las 6:00 p.m." fueron las palabras de mi jefe quien esperaba el mejor de los escritos, ya que era la primera vez que este reconocido italiano pisaría nuestro suelo.
Entre apuros que hacían correr gotas de sudor por nuestros cuerpos llegamos al concierto. Eran las 6:45 p.m. y todavía no había mucha gente.
Pasamos junto a los demás miembros de la prensa a un pequeño cuarto, oscuro y frío, que más tarde se convertiría en una televisión lejana para ver a Eros Ramazotti.
Todavía no lo podía creer, no les puedo decir si estaba lleno o había poca gente. Desde aquel cristal del cuarto sólo se divisaba a las personas que habían pagado un poco más.
De repente se subieron al escenario tres hombres. Todos pensábamos que estaban practicando la coreografía de entrada, ya que no escuchábamos nada. Pero no era así. Se trataban de Yigo Sugasti y Horna, quienes arrancaron el show.
Escuché de uno de nuestros compañeros que llegaba, "afuera hay fila inmesa", al parecer era cierto, ya que vi desde la ventana que se habían ocupado todos los puestos.
Un sin fin de gritos me hicieron comprender que Eros había salido, no lo reconocía bien al principio, pensé que era un bailarín, ya que tenía un contoneo de cintura impresionante.
Con un suéter azul con el número 9 en la espalda, nombre de su gira y el último disco, Eros deleitó al público con más de 20 temas en su mayoría en italiano. "La sombra del gigante" fue el canción que abrió el concierto; a ella le siguieron "Tierra prometida", "Estrella gemela", "Cosas de la vida", "Por ti viviré", "Cosas más bellas que tú" entre otras.
Para ser franca, desde aquel cuartito observé que allá fuera había mucho calor humano, los panameños vivieron y disfrutaron el gran repertorio y show de Eros, que quizás yo no lo pueda relatar, ya que no lo viví igual.