Noel Buchanan nunca se imaginó encontrar en el patio de su casa, en Villa Cáceres, a un lagarto o babillo. Medio asustado, pidió ayuda de algunos vecinos, y entre todos lograron amarrar al reptil.
Por casi cuatro horas y media Buchanan tuvo al peculiar inquilino en su propiedad, hasta que llegó, a eso de las 2:30 p.m., personal de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y miembros de la Asociación Panamericana para la Conservación, quienes desataron al babillo para sólo amarrarle el hocico y treparlo hasta un pick up para llevarlo a un sector cercano al lago Madden.
Cuando era cargado hacia el vehículo, el reptil comenzó a orinar, arrancando las risotadas de todos los presentes.
Los residentes de Villa Cáceres se encuentran alarmados, ya que temen que por la estación lluviosa otros reptiles lleguen a esos predios.