La viabilidad de la administración del primer ministro de la India, Atal Bihari Vajpayee, pendía de un hilo, luego que una tercera ronda electoral indicaba que no tendrá el apoyo necesario para formar un gobierno capaz de llevar a cabo vastas reformas económicas.
A mitad de los comicios, que debido a la vasta geografía de la India y a la burocracia en las regiones se demoran tres semanas, varias encuestas, que al principio mostraban a la coalición de Vajpayee logrando un amplio triunfo, ahora pronostican una victoria por estrecho margen, y una oposición fortalecida.
El previo gobierno de Vajpayee estaba constituido por más de una docena de partidos, cada uno con su propia agenda.