Por primera vez en más de 26 años, la plaza de San Pedro permaneció silenciosa ayer, dos días después del multitudinario e imponente entierro del papa Juan Pablo II.
Aunque es lo que está estipulado en períodos de "sede vacante", es decir durante la transición entre la muerte de un papa y la elección de otro, varios centenares de fieles y turistas se acercaron a la explanada vaticana en esta mañana fría y lluviosa para escuchar el Angelus de mediodía.
En todos esos años, el Papa faltó a su cita dos veces: la primera el 27 de febrero, tres días después de haber sido sometido a una traqueotomía, y la segunda el pasado domingo, al día siguiente de su muerte.