Dos mujeres peleaban a puño limpio, mientras a su alrededor el público observaba, algunos con indiferencia, otros con entusiasmo la disputa, que según los presentes, era por el amor de un hombre.
El hecho se registró en la comunidad de Lídice de Capira, en donde el incidente llegó a tal magnitud, que algunos varones llegaron a hacer sus apuestas.
¡Oiga el gusto, pelear por un hombre!, decía uno de los presentes, mientras las enfurecidas mujeres se jalaban los cabellos y se daban puños hasta irse al suelo, de donde fueron separadas por una señora que se atrevió en mediar en el pleito.
Luego de desahogar su ira, ambas mujeres se retiraron del lugar, sin que el supuesto causante de semejante espectáculo se diera por enterado de lo acontecido.