Un nuevo poder ha emergido en el deporte del béisbol con el equipo de Japón que logró revalidar el título de campeón en la segunda edición del Clásico Mundial al ganar en la gran final por 5-3 a Corea del Sur.
La victoria también dejó a un nuevo héroe dentro del deporte japonés, el jardinero derecho Ichiro Suzuki, que milita en el béisbol de las Grandes Ligas, y que con dos "outs" en la pizarra pegó un doble por el central contra el relevista surcoreano Chang Yong Lim para que su equipo anotase las dos carreras decisivas.
Suzuki, que fue el jugador más valioso del partido y el que hizo posible el triunfo de Japón, estableció la diferencia con su clase al pegar cuatro imparables en seis turnos al bate.
Japón, que estuvo en la parte baja de la novena a sólo un "out" de haber ganado antes el partido, demostró una vez más el gran nivel que ha adquirido el deporte del béisbol en la isla y confirmó que se ha convertido en la nueva dinastía mundial.