Pregunta: La madre de un amigo cercano ha fallecido hace algunos días. No me sentí cómodo hablándole a mi amigo sobre el tema, porque no sabía qué decirle. ¿Tiene algunos consejos de cómo consolar a otros en un momento de pérdida?
Respuesta: Su experiencia es común. Muchas personas se sienten inseguras y con la garganta hecha un nudo a la hora de enfrentar a alguien que ha perdido a un ser humano. Sepa que usted no puede remediar la situación, pero haga lo que pueda para suavizar el golpe.
Realice llamadas telefónicas: Llame y exprese sus condolencias. Trate de no decir frases tales como "Es la voluntad de Dios", o "Es para mejor" al menos que su amigo las diga. Su amigo puede necesitarle aún más luego de las primeras semanas y meses, cuando la gente deje de llamar. Llame de vez en cuando para ver cómo está la persona - puede resultarle útil ponerse recordatorios en la agenda.
Escriba una nota: Si tiene una relación con la persona fallecida, trate de incluir una anécdota cálida, cariñosa o cómica que muestre lo importante y maravillosamente especial que era esa persona para usted. Si no conocía a la persona fallecida, ofrezca sus condolencias y asegúrele a la persona afectada, que está en sus pensamientos y en sus plegarias.
Ayude: Sea específico a la hora de ofrecer ayuda. Ofrézcase a hacer las compras o a lavar la ropa, llevar la cena, dar información sobre los arreglos funerarios o contestar el teléfono. Ayude a limpiar la cocina. Tal vez hay tareas en la casa - como poner en funcionamiento el lavarropas - que la persona fallecida hacía, y con la que ahora la persona afectada necesita ayuda. Un abogado puede ofrecerse como voluntario para ayudar con la herencia. Una persona habilidosa puede ayudar a preparar la casa si se avecina el invierno. Un amigo cercano puede ofrecerse para chequear papeles o pertenencias cuando la persona afectada esté en condiciones de hacerlo.
Sea sensible con las diferencias: Las personas sufren y hacen el luto de formas distintas. La religión juega un papel importante en cómo se trata la muerte; así como la etnia, y los trasfondos culturales y familiares. Evite criticar los arreglos funerarios o el servicio fúnebre. Tampoco trate de imponer sus creencias sobre la muerte de su amigo.
Conduzca: Los familiares que llegan para el funeral o para el servicio pueden necesitar que los transporten. Ofrézcase para llevar a los niños a las actividades en ciertos días. El dolor puede afectar las habilidades de manejo, así que ofrezca llevar a su amigo a ciertas citas, también.
Haga una cita: Pídale a su amigo que lo acompañe en su caminata o una comida, una vez a la semana. Tenga presente que los fines de semana son difíciles, y sugiera una actividad. A veces, sólo el hecho de estar allí sin decir mucho es suficiente - puede ser exactamente lo que su amigo desea. Si no está seguro de lo que quiere, ofrezca diferentes opciones. No se lo tome personal si su amigo rechaza las ofertas y no devuelve los llamados. Siga intentándolo.
Escuche bien en vez de aconsejar: Una oreja comprensiva es algo maravilloso. Un amigo que escucha, incluso si la misma historia es contada con pocas variaciones, es aún mejor. Muchas veces las personas tratan de superar el dolor y el trauma al contar la historia una y otra vez. Al menos que se le pida un consejo, no lo ofrezca. Frecuentemente, aquellos que están sufriendo realmente desean que el otro sólo escuche. Es su comprensión -no su consejo- el que generalmente se necesita.