Se necesita una entrega profunda y total para amar y mucho valor paro eso. ¿Tiene usted ese valor para amar y entregarse de verdad con el riesgo de ser rechazado? Hay muchas personas que en la actualidad tienen temor de llegar al matrimonio prefiriendo vivir juntos antes de enfrentarse a un sacramento y a un compromiso formal en el fondo lo que temen es un juramento de continuidad y, por eso, no se casan. La verdad es que se necesita mucho valor para amar. El amor nos lleva, inevitablemente, al compromiso. ¿Tiene usted el valor para amar o le falta valentía para entregarse?
También se necesita valor para perdonar. No es posible amar por mucho tiempo, si no tenemos la capacidad de perdonar con facilidad. Las personas que tienen el valor de perdonar llegan, para eso, a ser muy humildes.
Y, ¿qué es realmente el valor? Entendemos bien el valor del bombero y del policía, pero el valor del hombre y la mujer que se acercan a un altar y se comprometen a amarse hasta que la muerte los separe, es un valor tan grande como el valor del bombero, del policía o del soldado. También el valor es necesario para comprometerse en la vida a trabajar en las comunidades cristianas o en apostolados, por ejemplo. Son verdaderos héroes y han hecho elección entre dos alternativas: auto compadecerse, quejarse siempre de la enfermedad, querer acabar pronto y morirse o mantenerse firmes, lo más valientes y optimistas que sea posible, hasta que Dios detenga el último latido.
Modelo de valor es el caso de una niña llamada Charlotte V., quien vivía en los Estados Unidos y que a la edad de 6 años había entrado y salido del hospital alrededor de 85 veces. Tenía una extraña enfermedad que la hacía sufrir de fracturas constantes con suma facilidad.
Valor es aquella persona capaz de decir en su matrimonio: En verdad te acepto en el bien y en el mal, en la pobreza y en la riqueza, en la salud o en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. Valor es el caso de alguien que tanto ama a Dios que es capaz de ser testigo de El, de dar la vida por El, de no ceder nada en relación con su vida en Cristo y mantenerse firme hasta el final. Que Dios nos conceda la gracia de mantener vivo el valor. porque ¡Con El Somos Invencibles!