Cualquier persona que piense en un puesto como: Alcalde, director del IPAT, Ministro de Comercio, Ministro de Salud o Presidente de la Cámara de Comercio, debe meterse primero, en los zapatos de un turista nacional o extranjero con más terribles ganas de mear, entre la Plaza 5 de Mayo y el parque Santana. Mear (pág. 668 Larousse Ilustrado de Miguel de Miguel de Toro y Gisbert).
Hemos escogido como muestra a este bloque comercial que se niega a morir y que cuenta con más de 800 almacenes a todo lo largo de la peatonal, conocido históricamente como la Avenida Central, para sugerirle a la AINTUMION (Asociación Internacional de Turistas Miones) que construya estratégicamente y con sus propios recursos, tres gigantescos y cómodos servicios sanitarios copiados de los que funcionan en el "Mall" de Albrook, para alivio de residentes y visitantes futuros.
Panameños que han sufrido la angustia de estar orinándose como la licenciada Ana Matilde Murillo, confiesan haber escuchado a turistas decir que Panamá es muy bonito y que se ofrecen buenos precios para las prendas, perfumes y las ropas pero que no se atreverían a sufrir por nada del mundo, en otra ocasión la atroz zozobra de andar callejeando cargando paquetes, con ganas de orinar o de defecar en este paraíso sin servicios sanitarios. La falta de excusados en tan grande en esta ciudad y en todas las cabeceras de provincias, que se han visto a conductores de buses y taxistas orinando a mitad de las reverberantes calles y avenidas. El Dr. Alvaro López Blanco, profesional con ojos de buen cubero, sostiene que la falta de sanitarios públicos en nuestro país, obedece a un problema cultural. Yo estoy por creerle, pues de los 1, 200 restaurantes de la capital con menos de 5 empleados, el 90 por ciento mantiene sus servicios sanitarios hechos un desastre y en unos verdaderos focos infectos. Los panameños hemos recibido múltiples bendiciones como para hacer de nuestro país un verdadero atractivo.