Moradores del sector de Natá se encuentran preocupados ante la tala de más de cien hectáreas de terrenos para sembrarlos de caña por parte de la empresa CALESA. La acción es catalogada por muchos como un crimen ecológico.
Se ha buscado información en las oficinas de la Regional de la ANAM, en la ciudad de Penonomé, y aquí les han manifestado que esos permisos o trámites los llevan a cabo en la ciudad de Aguadulce; en esta dicen lo contrario. Por fin, ¿quién será el responsable?