El británico John Darwin, que reapareció cinco años después de haber sido dado por muerto, se declaró ayer culpable de haber fingido su muerte, al comparecer en el tribunal de Leeds, norte de Inglaterra.
John Darwin, de 57 años -que desapareció el 21 de marzo de 2002, tras irse a remar en una canoa en aguas del mar del Norte- admitió haber cometido fraude al simulado su muerte para obtener dinero del seguro de vida.
En cambio su "viuda", Anne Darwin, de 51 años, negó todos los cargos en su contra.
John Darwin fue declarado oficialmente muerto en abril de 2003, pero luego se descubrió que se escondía en su casa, a sabiendas de su esposa.
Mientras tanto, su "viuda" cobró de su compañía de seguros 25 mil libras (34.000 euros) y el reembolso de su hipoteca 130 mil libras (180.000 euros), además de una pensión de viudez.
Cansado de esta vida a escondidas -a veces salía disfrazado-, John Darwin decidió emigrar para empezar una nueva vida.
Obtuvo un nuevo pasaporte bajo un falso nombre, John Jones, y la pareja eligió en 2006 Panamá para rehacer sus vidas.
