Cada vez que un sector de la población reclama respuesta del gobierno, tiene que recurrir al cierre de calles, porque parece ser la única fórmula para que se le preste atención. El más reciente caso sucedió anteayer cuando productores de maíz y arroz bloquearon los cuatro paños de la vía Interamericana a la altura de Divisa.
Los antimotines tuvieron que salir a reprimir para reabrir ese paso internacional. La protesta había sido advertida una semana antes. Hubo tiempo suficiente para que los responsables del sector hicieran los contactos con los afectados para atender sus reclamos.
Los productores de maíz se quejan que no tienen silos para almacenar casi 400 mil quintales de ese grano, debido a que las instalaciones oficiales están ocupadas con productos importados. Lo lógico es que en ese tipo de facilidades se les de prioridad a los agricultores del patio.
Si bien es cierto que la producción nacional de maíz es insuficiente para suplir el consumo anual de los panameños que es de 600, 000 quintales y los 7 millones de quintales que se destinan para la alimentación de los animales, los técnicos del gobierno conocen bien las fechas de cosecha y por ende no deberían existir problemas para el almacenamiento.
De igual forma, los arroceros se quejan de la importación de un millón 500 mil quintales de ese cereal, medida que ha sido suspendida, por ahora por el gobierno. Existe una realidad, el año pasado hubo un grado de especulación en la venta del arroz, lo que obligó al IMA a importarlo.
Ya ahora, los arroceros parecen que han mejorado su rendimiento por hectárea y pueden suplir gran parte de la demanda local. Siempre hay que apoyar al producto local, pero los que están inmersos en la cadena de comercialización deben entender que no pueden sacar provecho excesivo, perjudicando al consumidor.