Cerca de 320 personas que habitaban el inmueble conocido como "Casa Hudson" nunca imaginaron que el fuego que consumió sus viviendas sería el mensajero para la llegada de un calvario, que los obligaría a convivir con las infecciones y la desesperanza.
A raíz del siniestro, 104 familias colonenses fueron ubicadas en un albergue improvisado, que en principio, era utilizado para la rehabilitación de personas con problemas de adicción a las drogas.
Sin ninguna planificación habitacional a corto plazo mujeres, ancianos y niños tuvieron que adaptarse por más de cuatro años a condiciones infrahumanan entre el hacinamiento y la suciedad.
DESESPERACION
La señora Eugenia García, a quien las llamaradas sólo le dio oportunidad de envolverse en una toalla para salvar su vida, narró que aquella tarde la desesperación por huir del fuego la hizo tropezar con las mangueras que eran utilizadas por los bomberos para evitar que murieran calcinados.
Sostuvo que en aquel albergue no habían baños, abundaba la basura y a diario se intensificaban los olores a excremento. "Nunca pensamos que saldríamos de ese albergue para un proyecto que nos devolviera la calidad de vida de seres humanos", dijo.
García comparó sus penurias y las de otras 319 personas con la travesía bíblica que llevó al pueblo de Dios a salir de Egipto y vagar por el desierto con la esperanza de un mejor futuro.
NUEVA OPORTUNIDAD
La Ministra de Vivienda (MIVI), Balbina Herrera, indicó que a su llegada al cargo el proyecto habitacional para los damnificados de "Casa Hudson" estaba paralizado, hasta que negociaciones del �rgano Ejecutivo con el sector privado le dieron a la obra el impulso necesario para culminar la barriada Villa Caribe.
Herrera manifestó que Villa Caribe es un proyecto donde se les da prioridad de ocupación a personas damnificadas de otros incendios en la provincia de Colón y afectadas por desplomes de inmuebles condenados.
