La maquinaria partidaria sandinista impuso la nominación presidencial de su líder histórico Daniel Ortega y aplastó una rebelión dentro de sus filas encabezada por el ex alcalde Herty Lewites, que exigía elecciones internas.
Las acciones emprendidas por la cúpula del FSLN hace una semana con la inhibición y posterior expulsión de Lewites fueron selladas el sábado por el congreso sandinista, con la nominación de su secretario general, Daniel Ortega, como candidato presidencial para las elecciones de 2006.
Con la designación de Ortega como candidato, en su cuarto intento por volver a la presidencia, el congreso eliminó la celebración de elecciones primarias para ese efecto, práctica desarrollada en los últimos dos ejercicios electorales.