El papa Juan Pablo II fue llevado el domingo en silla de ruedas a la ventana de un hospital donde convalesce de una traqueotomía, y desde allí agitó la mano e hizo la señal de la cruz a peregrinos que lo ovacionaban, pero no habló.
Es la segunda aparición dominical del Papa desde su reingreso a la Policlínica Gemelli de Roma.
Los feligreses católicos se congregaron frente a la clínica, en cuyo décimo piso el Papa se recupera de problemas respiratorios, y vocearon su nombre. Otros observaron una gigantesca pantalla de televisión en la Plaza de San Pedro, donde se vio al Papa luciendo frágil, pero alerta, y comenzaron a bailar de alegría.
Juan Pablo ha sido sometido a una terapia respiratoria y del habla en la clínica, ubicada a unos cuantos kilómetros del Vaticano. El 24 de febrero se le insertó una cánula en la garganta, para mitigar sus problemas respiratorios.
Aunque el Vaticano no ha fijado una fecha para su salida del hospital, se ha sugerido que podría ser dado de alta antes de la Pascua, que comienza el 27 de marzo. Preguntado cuándo el Papa saldrá de la clínica, Ratzinger respondió que la decisión correspondía a los médicos.