Mi vida ha sido un desastre. Lo digo en serio. Sentimentalmente estoy frustrada. Tengo ahora mismo 36 años. Estuve viviendo con mi marido dos años y fui abandonada. A los pocos meses de casada ya él andaba con otra mujer y demostraba ser todo lo contrario a lo que era de novio. Eso me sorprendió mucho. De esa unión nació un niño y luego, al pasar de los años, me uní una vez con otra persona y no resultó. Más adelante estuve saliendo con otro hombre y con el tiempo me dejó. Tuve un hijo de este último y ahora estoy criando estas criaturas prácticamente sola. Mi madre que es una santa me ha ayudado mucho y estoy ahora viviendo con ella. De vez en cuanto mi marido (según la Iglesia) me manda algún dinero. Yo trabajo en una fábrica como contable. Pude estudiar y eso me ha ayudado. Pero me siento triste.
Estimada señora: Me alegro de que tenga una carrera y que está levantando a sus hijos gracias a su trabajo y responsabilidad. Me parece bien que viva con su mamá, ya que ella la puede apoyar emocionalmente y ser su compañía en estos momentos de crisis. Está usted sufriendo mucho y se siente burlada y abandonada. Ya no cree en ningún hombre. Puso toda su ilusión en esa primera persona y le falló. Usted ha seguido buscando al hombre de su vida. No lo ha encontrado. Por otro lado tiene un compromiso sacramental desde la Iglesia con su marido. Mire, hay gente que no es noble, que no cumple la palabra, que se deja llevar por sus impulsos. Desgraciadamente usted se encontró con personas de esa condición. Eso no significa que todos sean así. Pero, tener un hombre o no, esa no es la clave de la felicidad. Vivir una entrega total y confiada a Dios y a su próximo, cumpliendo con metas claras en la vida, sirviendo a la humanidad, luchando por el bien común, amando a sus hijos, superándose cada vez más en todos los campos de la vida y sabiendo que no hay felicidad completa en la vida, eso es importante. No caer en la autolástima ni creer que usted ha sido simplemente una víctima, ya que usted también es responsable de su decisión de haberse casado y luego unido. Es usted relativamente joven por lo que puede seguir estudiando y especializándose en su carrera. Y recuerde que Dios la ama y que El está con usted y con El usted es invencible.