La Iglesia Católica en el distrito de Capira levantó su voz para advertir a las autoridades de las consecuencias de derogar el Acuerdo Municipal número 9 del 16 de diciembre de 1997, el cual impedía la realización de actividades bailables durante las fiestas religiosas.
A través de una misiva, que lleva la firma de José Antonio Cruz, párroco de la Iglesia San Isidro Labrador, las hermanas Misioneras Catequistas Leyda Tuñón y Dalila Gallardo, y dirigida al presidente del Consejo Municipal Julio Mariscal, indican que existe "inquietud por parte de las comunidades cristianas".
Aseguran que derogar dicho acuerdo "pareciera favorecer a unos pocos" y ocasionar el descontento de muchos, además de ir en contra de un proceso de evangelización.