"Dejad que los niños vengan a mí". Es una de las frases que dijo Jesucristo que más cuesta comprender a los padres, cuando sus hijos mueren muy pequeños y en circunstancias inesperadas.
Los progenitores de los perecidos Daniela Estefany Cirea y Dowith Sánchez, ambos de dos años, no son la excepción. Aún no se resignan al fallecimiento de los infantes, que ocurrió después que el alero del edificio Lyon House les cayó encima, el domingo, en Calle 8 y 9 San Felipe.