Emiliani estuvo la semana pasada en Panamá. Con una barba gris, lentes, mirada pacífica y mostrando una profunda preocupación por la situación en Latino América, el hoy obispo Auxiliar de San Pedro Sula, Honduras, confesó a EVA que al principio intentó evadir el llamado de Dios, pero no pudo.
Intentó estudiar Derecho, pero tuvo que dejar la carrera, porque el llamado de Dios seguía más fuerte que nunca.
Cambió los libros de jurisprudencia por los de Teología. Así el 8 de julio de 1976 obtiene el título de licenciado en Teología Sistemática de la Universidad Pontificia Marqués de Comillas, en España. Un mes después, es ordenado por monseñor Jesús Serrano.
En sus primeros cinco años de vida sacerdotal, fue profesor de seminaristas, combinando esto con la misión evangelizadora en El Salvador, Costa Rica y Guatemala. Luego, se quedó en la Casa de Ejercicios Espirituales en Costa Rica, donde nació "Un Mensaje al Corazón" por Radio Columbia. El 25 de enero de 1989 fue consagrado Obispo del Vicariato Apostólico de Darién, por el nuncio José Sebastián Laboa.
GAYS Y PEDOFILOS
Dos temas álgidos abordamos con el obispo: los matrimonios gays y las acusaciones de pedofilia que se le hace a los sacerdotes.
Emiliani sostiene que toda desviación como la homosexualidad provoca desequilibrio. "No es natural la homosexualidad, no los condeno, pero no es normal".
Sobre el abuso de menores por parte de sacerdotes, el prelado sostuvo que son muy pocos los casos. En Estados Unidos, no llega al 1 %; y hay que reconocer que en todas las profesiones pueden haber pedófilos.
"Si el sacerdote fue violado de niño, es probable que repita lo mismo. Es un fenómeno que ocurre", pero la Iglesia Católica norteamericana ha impuesto normas muy estrictas para evitar estos escándalos.
UN DIA DEL OBISPO
Su jornada se inicia a las 5:00 a.m. corre 40 minutos, ya que necesita de buenas condiciones físicas para todas las peregrinaciones que realiza.
De 6:10 a.m. a 7:30 a.m. va a la Capilla para orar, ya que no puede trabajar si no cumple una hora de meditación.
Luego va a la oficina, atendiendo a las personas, que le piden orientación. Después predica en la Diócesis y fuera de ella. A veces dirige retiros espirituales para sacerdotes.
En las tardes, preside la Eucaristía, y a las 6:00 p.m., ya no atiende a la gente, pues necesita tiempo para cultivar su espiritualidad e intelecto.
SU TRABAJO EN HONDURAS
Sobre las causas de su traslado desde Darién a Honduras, dejó bien claro que no contestaría absolutamente nada sobre Panamá o su situación.
Sin embargo, dijo estar preocupado por la corrupción de los gobiernos latinoamericanos. "Desde Argentina, un país tan rico y que está en quiebra, hasta México, la casta política no ha cumplido su compromiso con la historia y sólo llegan al poder para enriquecerse", aseguró el sacerdote.
En Honduras desarrolla una labor para rescatar a las "maras", pandillas de jóvenes deportados desde Estados Unidos, que protagonizan en la nación centroamericana enfrentamientos violentos.
Para ayudar a estos jóvenes, Monseñor tiene planeado crear un Centro de Readaptación, donde puedan aprender diferentes artes y así reintegrarse a la sociedad. Además contempla obtener una máquina láser para eliminar tatuajes, ya que estos son un pasaporte a la muerte entre pandilleros.