A un año de haber matado a su bebé fruto de una violación, una joven argentina permanece detenida y puede pasar el resto de su vida en prisión, mientras que el hombre que abusó de ella está libre y fue sobreseído por la justicia.
El caso de Romina Tejerina, de 20 años, ha generado una gran polémica y son varias las organizaciones de mujeres y de defensa de los derechos humanos que reclaman su liberación y la cárcel para el violador.
La abogada de la chica, Mariana Vargas, aseguró ayer a EFE que su cliente es víctima de una "campaña de difamación terrible".
La vida de la integrante de una humilde familia de la provincia de Jujuy, extremo norte de Argentina, dio un vuelco la madrugada del 1 de agosto de 2002, cuando fue abusada sexualmente por un vecino de 42 años.
La joven, que en aquel entonces tenía 18 años, nunca habló con nadie de lo sucedido a pesar de que quedó embarazada como consecuencia de la violación y poco más de siete meses después, el 23 de febrero del año pasado, dio a luz a una niña.
Tejerina parió en el baño y allí mismo tomó un cuchillo de cocina y le asestó 17 puñaladas al bebé porque, según dijo después a una de sus hermanas, "tenía la cara del violador".