Los ángeles la salvaron. Esa podría ser la explicación para lo que le sucedió a la familia De Haseth, cuya bebita de siete meses estuvo a punto de recibir en sus fosas nasales, alcohol salicílico.
Según contó el padre, Johannes De Hasseth, su bebé no es problemática para tomar sus medicinas, pero la noche del 15 de enero, las cosas cambiaron.
Eran pasadas las 7:30 cuando la madre se disponía a aplicar las gotas de una supuesta solución salina que había comprado en una farmacia, cuando la niña manoteó y las gotas se derramaron en el brazo de la madre.
El líquido frío casi quemó la piel. Olió el frasco y cual no sería su susto al sentir una profunda y fuerte fragancia a alcohol puro.
ANTECEDENTES
Según contó el padre de la pequeña, la niña tenía un cuadro alérgico de principios de asma, por lo cual fue atendida por su pediatra, quien le recomendó un tratamiento con solución salina, para aplicarlo en gotero en cada fosa nasal.
Los padres asistieron a la Farmacia Mirna, ubicada al lado del Centro Médico San Luis, en Río Abajo.
El producto costó un dólar. Venía envasado en un frasco de plástico, color blanco con una capacidad de dos onzas.
REACCIONES
Descubierto el error, los padres acudieron a la farmacia para reportar el suceso. Una dependienta nerviosa los atendió.
El dueño de la Farmacia, Rosendo Sanjur, acudió al llamado y revisó el lote de doce unidades comprado al laboratorio "El Carmen". El contenido de todos era alcohol salicílico, pese a que era para la venta bajo la denominación de Solución Salina.
De las doce unidades, dos habían sido vendidos: el de los Haseth y otro que no apareció.
RESPONSABILIDAD
Según el señor Haseth, Sanjur responsabiliza al laboratorio "El Carmen", cuyas instalaciones están en un callejón en Parque Lefevre.
Pidió disculpas a los clientes, pero los Haseth se preguntan qué habría ocurrido si la bebé hubiera muerto o quedado con daños severos.
Por su parte, según el padre, el dueño del laboratorio "El Carmen", Miguel González, también tomó una actitud poco responsable del hecho, aludiendo que gracias a Dios no ocurrió una desgracia, pero que por favor no lo denunciara.
Es increíble la actitud materialista en un caso como este, cuando las consecuencias van más allá, según reflexión del padre de la niña.
DEFENSA
El equipo de "Crítica" conversó con Encarnación Ramos, encargado de la Farmacia Mirna, quien confirmó que el contenido del frasco vendido como Solución Salina, era Alcohol Salicílico.
Sin embargo, aclaró que la Farmacia no envasa los productos y los compra directamente al laboratorio "El Carmen".
C: ¿Han visitado alguna vez ese laboratorio?
E: No. Nunca hemos ido.
Según Ramos, la farmacia trabaja con dicho laboratorio hace más de seis años, y es la primera vez que sucede algo así.
Aparentemente, el cambio de los contenidos en los frascos, no sólo se dio en el lote adquirido por la Farmacia Mirna, sino que también ocurrió con otras distribuidoras, pero la alerta se dio en ese centro, según Ramos.
Rosendo Sanjur, el dueño de la Farmacia, confirmó a este medio que ellos venden el producto terminado y no tienen que ver con el producto en sí y la elaboración del mismo.
Empero, los Haseth sostienen que la Farmacia tiene responsabilidad en el asunto porque debe velar por la salud de los clientes.
EL SILENCIO
En una esquina de Parque Lefevre, en un callejón que alberga un taller, se ubica un cuarto que pertenece a una galera.
En una puerta negra, sin letreros de identificación, opera el referido Laboratorio "El Carmen".
Su dueño oficial es Miguel González, a quien se esperó para que diera su versión del suceso, pero no fue contactado. Se le dejaron números de teléfonos, pero tampoco se recibieron llamadas. Se llamó pero tampoco se le contactó.
Lo que se sabe de él, es que pidió disculpas a los padres de la bebé.
¿Cuántas veces ha sido visitado ese laboratorio por la Dirección de Farmacias y Drogas?; ¿Qué ocurrió con el envase del producto? ¿Cómo se suscitó un hecho que pudo costar la vida a varios niños?, fueron algunas de las preguntas que se han quedado sin respuesta por parte de González.
Aparentemente, según Sanjur, el señor González tiene registro del laboratorio en la Dirección Nacional de Farmacias y Drogas.
ACCIONES
Mientras tanto, los señores Johannes De Haseth y Yarizta Palma, padres de la pequeña, presentaron una queja formal a la Dirección Nacional de Farmacias y Drogas, y aparentemente el caso es investigado.
Ellos tienen conocimiento de que un caso similar ocurrió en Chiriquí, donde a una niña se le aplicó alcohol salicílico y murió.
"Mi hija hubiera estado en un hospital o en otro lugar por la venta de un medicamento equivocado", dijo el padre de la bebé.