La población ganadera del país podría estar libre de la brucelosis en uno o dos años. Este es un objetivo que puede lograrse si se trabaja bien y no se descuidan los controles que se han desarrollado para mantener a raya el avance de esta enfermedad. La brucelosis afecta especialmente al ganado con pezuña endida como las vacas, cerdos, ovejas y cabras.
El mal es ocasionado por el microorganismo conocido como Brucella. El animal que lo padece presenta síntomas de fiebre recurrente, debilidad, sudoración y dolores. Estos malestares pueden ocasionar la muerte del animal infestado y en la mayoría de los casos el aborto en las hembras preñadas.
El peligro de la brucelosis no se limita a los animales, ya que se transmite a los humanos, especialmente a los que mantienen contacto directo con el ganado o sus productos, sea carne, leche; así como las secreciones y excrementos.
Veterinarios, carniceros, granjeros y ganaderos figuran como los más propensos a contraer este mal. Liberar a los hatos de esta enfermedad representa elevar los niveles de calidad de los productos lácteos y cárnicos, por ende una mejor opción para exportarlos al mercado internacional.