Tres bombas estallaron en diferentes partes de Filipinas, matando al menos a seis personas e hiriendo a cerca de un centenar, dijo la policía.
El grupo extremista islámico Abu Sayaf se atribuyó los atentados, diciendo que era en represalia por una ofensiva militar contra grupos islámicos en el sur de Filipinas.
Una de las bombas estalló en un autobús, a lo largo de la congestionada autopista de Manila, justo debajo de una estación de un ferrocarril elevado, y en las proximidades del Hotel Intercontinental.
La policía dijo que tres personas murieron y al menos 60 fueron heridas al incendiarse y estallar el autobús, diseminando restos que alcanzaron a otros dos autobuses.
Otra explosión, cerca del centro comercial Gaisano, en ciudad General Santos, en el sur del país, pudo oírse a dos kilómetros a la redonda alrededor de las 6.30 de la tarde, dijeron testigos. La policía informó que la bomba mató a tres personas, e hirió a otras 28.
El jefe nacional de la policía, Edgar Aglipay, dijo que la bomba estalló a unos 30 metros de la entrada al centro comercial.
Otro explosivo detonó casi simultáneamente en un terminal de autobuses en Davao, también en el sur de Filipinas, e hirió a por lo menos cinco personas. El alcalde de Davos, Rodrigo, dijo que era "obra de grupos terroristas". Poco después, estalló la tercera bomba en el autobús, en la carretera EDSA de Manila.
En una llamada a la radio DZBB, un vocero de Abu Sayaf dijo que la ola de atentados era un "regalo" del Día de San Valentín a la presidenta Gloria Macapagal Arroyo.