Las nuevas generaciones de chorreranos poco saben de la utilidad que en décadas pasadas tuvo El Chorro de La Chorrera para la generación eléctrica. Entre esas utilidades está que es un recurso natural que facilitó el desarrollo del distrito.
La primera hidroeléctrica construida en el distrito de La Chorrera fue inaugurada el 27 de abril de 1930 y perteneció a los médicos Santiago Barraza, Nicolás Solano y una familia residente en la capital de apellido Arias.
Esta primera hidroeléctrica generaba suficiente electricidad como para iluminar el poblado, el que se extendía desde donde hoy se ubican las instalaciones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) hasta la sede actual de la Policía Nacional; además de la Plaza 28 de Noviembre, la Seda y parte de la Calle del Agua.
Rogelio Zúñiga Méndez, quien ha escrito gran parte de la historia del distrito de La Chorrera, recuerda que esta hidroeléctrica poseía dos circuitos, lo que permitía que el poblado mantuviera electricidad de forma permanente sin que el alumbrado de la calle se encendiera.
Ello a diferencia de otros distritos como Capira en donde las plantas de generación eléctrica eran de un circuito y para escuchar el sorteo de la lotería por la radio había que encender también el alumbrado público.
Zúñiga recuerda que debido al crecimiento de la población y su expansión territorial los propietarios de la empresa "Hidroeléctrica Chorrerana" decidieron hacer funcionar las turbinas con diésel.
Esta hidroeléctrica se mantuvo funcionando más allá de 1968 cuando el Gobierno revolucionario se la expropia a los doctores Santiago Barraza y Nicolás Solano y pasa a ser parte del IRHE.
A criterio de Zúñiga, la potencia de la caída de agua de El Chorro de La Chorrera ya no es lo suficientemente fuerte como para generar electricidad.