Hacer feliz a tu pareja no es una tarea difícil de lograr, pues una excelente atención, exquisitos platillos, una linda y sensual lencería, ricas caricias y una entrega sin miedo alguno, son pequeñas cosas que puedes poner en practicar si deseas mantener a tu galán tan enamorado como la primera vez.
El hombre, por naturaleza, siempre busca atenciones, por eso aunque te sientas algo agotada, bien sea porque trabajes o porque inviertas mucho tiempo en los quehaceres del hogar, debes atender a tu marido, no olvides que hay muchas por la calle que reparten cariño "de gratis".
No hay nada mejor para animar a ese hombre que quieres que con un buen recibimiento, lo que puedes conseguir utilizando prendas de vestir muy diminutas mientras le preparas su comida favorita.
Después puedes brindarle un poco de vino, como para calentar el ambiente, y cuando se encuentren en la intimidad de la habitación, entonces pueden dedicarse en cuerpo y alma a conocerse (intimar), y es que después de los besos y las delicadas caricias, lo que viene es puro placer. Es más bien un calor inexplicable lo que se siente en ciertas áreas del cuerpo.
Claro, debes tener presente que lo que hará más viva la relación entre un hombre y una mujer es la variedad, por eso en las posturas estará la satisfacción de cada entrega sexual.
Por ejemplo, es común practicar la conocida pose del misionero, sobre todo si se está en los inicios, lo único que con el paso del tiempo se hace monótona.
Sin embargo, aquella en donde la mujer está arriba siempre resulta muy excitante tanto para la mujer como para el hombre. Se siente mucho, mucho placer. Y es que la mujer se puede mover a su antojo, mientras el hombre goza de los movimientos sexuales de su hembra.
Eso sí, existen muchas parejas que antes de llegar a la penetración esperada prefieren unos minutos de sexo oral, aunque en reiteradas ocasiones se han publicado ciertos estudios que revelan que la práctica del mismo no resulta tan saludable.