Aníbal Salas Céspedes logró ayer seis votos para lograr la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, pero tres magistrados: Harley James Mitchell, Jerónimo Mejía y Oydén Ortega, se abstuvieron de respaldarlo. Con igual votación resultó como vicepresidente Alberto Cigarruista.
Salas y Cigarruista, además de sus propios votos, lograron el respaldo de sus colegas Winston Spadafora, Víctor Benavides, así como el de los estrenados magistrados Alejandro Moncada Luna y José Abel Almengor, quienes horas antes de la votación, habían tomado posesión de sus cargos ante el mandatario Ricardo Martinelli.
Apodado "Mini Max" por su estatura y criado en el sector de Villa Guadalupe, el magistrado Salas presidirá, además, la Sala Segunda de lo Penal y la Sala Cuarta de Negocios Generales. Cigarruista estará al frente de la Sala Primera de lo Civil, Spadafora, de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo. Durante su discurso, Salas negó que existan presiones sobre esa máxima Corporación. "Existe una plena independencia, ya que ni el Ejecutivo, ni la Asamblea Nacional los presiona, pero se deben retomar las conversaciones, para lo referente al aumento del presupuesto de la administración de justicia", enfatizó.
Además, reconoció que uno de los retos será la transparencia, pues hay que demostrar la voluntad inquebrantable de querer mejorar, por lo que las críticas permitirán conocer los desatinos. "Se nos ofrece una oportunidad para elevarnos, para crecer, para hacer la diferencia, es momento de atreverse a dictar sentencias históricas. Debemos dejar de responsabilizar a otros por las deficiencias de nuestro sistema, no es que sea malo ser criticados por otros, sino que debemos aprender a criticarnos a nosotros mismos y ver hacia adentro", expresó el Presidente de la Corte.