Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy en el inicio de una semana contagiada por la fiebre del béisbol, una calentura que va de los pies a la cabeza y que sobrepasa el llamado calentamiento global.
Hoy vamos a conversar un poco de lo que nos empapa la mente, lo que tenemos por delante que es el béisbol juvenil y algunas cositas que se han dado en medio del campeonato.
¿JUEGOS EN PENONOME?
Allí estuvimos y nadie nos lo contó. El Estadio de Penonomé tiene una presentación de fachada de esos parques de pelota del béisbol mexicano, de la zona norte, de Saltillo, Sonora y esos lares.
El estadio tiene confort para los aficionados, muchos estacionamientos, tribunas con sombra, excelentes baños, pero el terreno de juego tiene muchos defectos. La zona de juegos está tan duro como una roca y los jardines empiezan a pelarse, a quedarse sin el cabello verde que adorna un terreno.
Las cabinas de transmisión carecen de audio ambiente, tienen un buen aire acondicionado, pero deberían tener la alternativa de poder abrir las ventanas, para quienes disfrutan más de los gritos del público y el calor que da una gran afición.
¿HERRERA CON 30 PONCHES?
No ha sido el mejor inicio para el equipo de Herrera, en sus dos primeros partidos, dos derrotas y 30 ponchados, una marca que no es nada halagadora, para un equipo que lo dirige un gran bateador. Manuel Rodríguez fue un gran toletero, pero todo lo que hizo o sabe, se lo podrá transmitir a sus peloteros. ¿?
Herrera tiene grandes problemas con la ofensiva, no ha sido el equipo que pintaba en la preparación y su pitcheo no ha lucido mal.
¿Mejorará Herrera?
-No creo.
¿DEBE LANZAR CABALLERO?
Bocas del Toro debe tratar de resolver sus asuntos de pitcheo con los lanzadores y evitar traer al máximo a Luis Caballero, un pelotero
que puede hacer muchas cosas.
Caballero es un líder en el equipo, pero no debe estar expuesto a cubrir o rellenar todos los huecos. Rigo Blanco es un zorro de plata en la pelota, pero debe pensar en el talento del jugador y no estropearle la vida tan temprano.
¡Viva el béisbol!