De niño escuchaba los partidos de béisbol por la radio y años después escuchaba Síntesis Deportiva. En esos tiempos, mi padre me inculcó la pelota. Aún cierro los ojos y me traslado a la imagen de mi padre sujetando el radio transistor, yo al lado y al fondo la voz del narrador, del comentarista, del periodista...
Qué hermosa es la radio. Es la imaginación pura del hombre. Hoy despierto y sé que el programa que tanto escuché ya no está. Y más aún para los que desde mucho tiempo atrás lo seguían. De seguro que para don Víctor Raúl Vásquez fue como dejar una vida en manos del recuerdo, del tiempo. Hoy son recuerdos, como todo en la vida, recuerdos gratos de un gran programa, el mejor de la radio panameña, por consistencia, por exclusivas, por tantas cosas...
Se fue la marcha. Se terminó el himno deportivo de los mediodías. Se fue el Quijote y con él su Sancho, el buen amigo Enrique Clark. Su escudero. Así tenía que ser. Desde mi columna, que apenas va para nueve años, mi más sincero respeto al hombre, al padre, al periodista. Los homenajes se hacen en vida...
Era el acordeón de Osvaldo Ayala y los conocidos tiros. Me advertía José Pineda. Yo casi no lo creía, pero sabía que llegaría. Me es grato tener esta profesión, porque podemos hacer mucho desde tan poco.
Hoy coloco mi pluma a media asta, no por duelo ni por dolor, sino por señal de respeto. Síntesis Deportiva es y será siempre una institución de la radio panameña. Me siento orgulloso de nuestra capacidad radial. Esto gracias a pioneros como don Víctor. Con un micrófono emparchado tumbó al gigante... ¡Qué bárbaro, Clark!
Puedo decir tranquilamente que al terminar esta columna, siento que algo del periodismo panameño se me fue... así es... Cuestionar es lo más difícil del periodismo, lo decían bien los catedráticos, lo sabe bien el creador de "Fuetazo".
El periodismo deportivo es distinto. No es que sea mejor o peor, es que hace cosas diferentes. Dónde si no aquí hacemos de la pasión un arte y de la emoción un acto de comunicación...
Ya sabemos: "En algún lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un Hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor...". El telón bajó, pero la función debe continuar. Mil gracias, don Víctor.