Considerado por muchos como el terror de los mares, el tiburón está injustamente pagando la mala fama que durante muchos años se le ha creado através de medios como el cine y la televisión.
Con varias de sus especies en peligro de extinción, este animal marino enfrenta otro gran reto, la desmesurada pesca comercial que los ha diezmado en muchos lugares.
En Panamá, una modalidad conocida como "el aleteo", que consiste en cortarle al animal las aletas, desechando el resto del cuerpo, el cual se tira al mar, muchas veces con el tiburón aun vivo, ha provocado preocupación.
Esta actividad pone en peligro el balance de los ecosistemas marinos, pues al ser los tiburones el pico más alto de la cadena alimenticia, y al no existir sus presas se incrementarían desproporcionadamente, lo que provocaría un caos de alimento que haría sucumbir al mar.
El aleteo deja a los tiburones totalmente indefensos pues les impide el movimiento y los hace agonizar, además con la práctica de desechar el cuerpo de los escualos, se pierde una gran fuente de alimento necesitada por muchos pobladores.
Recientemente, la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá incautó en el Puerto de Vacamonte, un total de 6 mil 889 libras de aleta. En el país hay una ley que prohíbe el aleteo y protege a esta especie.