El convaleciente presidente Fidel Castro advirtió ayer de un posible magnicidio contra su colega venezolano Hugo Chávez y consideró como "histórico" el debate de los jefes de estados en la recién finalizada Cumbre Iberoamericana en Chile.
"Es imposible apartarse de la impresión de que el imperio y la oligarquía se esmeran por conducir a Chávez a un callejón sin salida, poniéndolo fácilmente al alcance de un disparo", escribió Castro en una de sus "Reflexiones".
Asimismo manifestó su preocupación por quien calificó de "entrañable hermano" porque cuando Chávez se mezcla con la gente "un asesino a sueldo del imperio, un oligarca envilecido por los reflejos que sembró la maquinaria de publicidad imperial, o un perturbado mental, podrían poner fin a su vida". Según Castro, en ese momento Chávez obtuvo una "victoria ideológica de gran trascendencia" y por eso consideró que esa fecha, "el sábado 10 de noviembre de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad".