En ninguna escuela se cuenta que el desorden que vivíamos en Panamá antes y cuando fuimos departamento colombiano, era muy parecido al de hoy. Tanto así, que don Salvador Camacho Jordán escribió: " Era tal el consumo de cerveza y de champaña, que durante la noche, al pasar por ciertas calles, creyérase uno estar oyendo descargas de batallones armados de pistolas; todas las mañanas era una grandísima dificultad recoger y botar al mar siete mil botellas vacías que aparecían regadas en las calles, frente a hoteles y restaurantes".
Con tanta gente borracha y fumando "la pata del diablo", no era raro que se pelearan por pendejadas, como ocurrió el 15-4-1856, que por una tajada de sandía que el "gringo" Jack Oliver le arrebatara sin pagar a un negro frutero, que respondió con navaja en mano y fue muerto por un disparo del mismo Oliver, entonces se atacó a 940 pasajeros recién llegados de Colón que pajareaban antes de abordar el vapor hacia California, fueron panameños enardecidos que acorralaron a los turistas, en la estación del ferrocarril, con el resultado de 15 "gringos" muertos y 16 heridos; 13 panameños heridos y dos muertos, resultado que tuvo que pagar Colombia.
Luego de 105 años de separación de Colombia, en Panamá solamente se enseña la historia idílica de nuestra patria, haciendo ver que en nuestro Istmo todo fue idilio y sendero de rosas, cuando el camino para forjarnos como nación ha sido un calvario. Los violentos combates precolombinos de los guaimíes contra los aborígenes centroamericanos, que se robaban las cholas y luego los episodios con los españoles que desplazaron a los nuestros, apenas si son contados. Luego los estremecimientos en los tiempos de la colonia Española, con las invasiones de los piratas ingleses y qué no decir de nuestro anexo voluntario a Colombia después de nuestra independencia de España (11-28-1821).
Por esas historias acomodadas, es que muchos estudiantes les tiran toneladas de piedras a los "gringos", en vez de agradecer que por ellos somos República.
