Un hecho espantoso se registró ayer en el corregimiento de Guabito. Unos cerdos se estaban comiendo a Gumersindo Santamaría, de 70 años, quien laboraba en una porqueriza de ese sector bocatoreño.
Aparentemente, Gumersindo sufrió un ataque cardíaco y murió en la porqueriza. Cuando uno de los dueños llegó a la instalación descubrió algo dantesco: los cerdos se comían el cuerpo que yacía en el suelo.
Los animales le habían desfigurado el rostro, manos y pies al pobre trabajador. El fiscal Ernesto Silva adelanta las investigaciones.