Los gringos son expertos en lo que está pasando con su crisis económica y su departamento de espías financieros, ha sabido como atacarla, porque lo mismo le sucedió al Imperio Japonés hace 20 años.
Con la diferencia que los congresistas nipones no movieron un dedo para ayudar a la banca fraccionaria de su imperio, porque la consideraban demasiado disoluta y corrupta, lo que les costó perder una década irrecuperable y que ha 19 años de aquella tragedia económica, el índice accionario japonés, sigue equivaliendo a menos de un tercio de su nivel.
Y, es que los congresistas y el pueblo del sol naciente culpaban y repudiaban con justa razón, a muchos ejecutivos del mercado especulativo, por sus hechos de opulencia incoherente, pues entre otras cosas, no salían de los selectos y carísimos "Shabuy Shabu", restaurantes donde preciosas meseras con minifalda no llevaban ropa interior y los pisos eran de relucientes espejos.
A Washington no le ha quedado más remedio que cerrar los ojos y hacer el "fooó", tapándose boca y nariz. Saben que después de esta debacle de la que no saldrán tan rápidamente, tendrán que amarrar la mano invisible del finado Adams Smith, para que no siga creando riquezas donde no las hay y por ahí mismo, controlar a los que viven de los mercados especuladores, en donde abundan sueldos 344 veces mayores al salario típico de un honrado trabajador calificado en Norteamérica. ( Si esa es la magnitud de un sueldo, cuan no sería el dividendo de un "corporativo"?).
Yo dudo que después de esta tormenta, las autoridades gringas permitan más, el mercado "Sub-Prime" (compra por debajo de los estándares crediticios), donde prestamistas inescrupulosos utilizan la deuda como instrumento de cambio.
Esta última ambición es una de las irregularidades causantes de la peligrosa desestabilización actual y que nos demuestra que tan peligroso y poderoso es el dollar, que aún como deuda estremece al mundo y nos amenaza con voltearnos la paila de guacho.