No sabía si estaba en el sur o en el norte.
La Sala de Guardia era una discoteca y las voces de los policías se convertían en la de los famosos Dj�s.
La muchacha de 27 años, Y.M., llegó a las 4: 20 de la madrugada del pasado sábado, en la ambulancia 481 de la Policlínica JJ Vallarino, a la Sala de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
Aparentemente, ella se encontraba drogada o "batra o bien volada", como dicen en los barrios populares.
Según fuentes extraoficiales, Y.M. no quería que los galenos la atendieran; ésta prefería correr a bailar y hacerse pasar por una cantante de reggae.
Algunos señalaban que su disco favorito era: "Todos batros y volados..", ya que lo repetía sin parar.
Luego de su sesión de cantos y rapeos, la mujer decidió pasearse y gritar incoherencias en los alrededores del nosocomio.
Una de las doctoras ordenó que la acostaran para que así terminara la venoclisis sin problemas.
Le dieron salida el mismo día.