La muerte de un recluso de las cárcel de Tinajita, en San Miguelito, la madrugada del domingo, ha encendido nuevamente la polémica sobre el tipo de atención sanitaria que se le brinda a los presos.
Rigoberto Singh, un indigente que cumplía una sanción de 500 días multas por haber faltado el respeto a la autoridad y haber agredido a terceros, falleció de un paro cardiaco, y según voceros de la Fundación de Apoyo al Detenido, el afectado estaba confrontando problemas sin que se le atendiera como era debido.
Según cifras que maneja esa misma agrupación, son cinco los reclusos que han muerto en Tinajita, en circunstancias similares.
Ante ese hecho, la Defensoría del Pueblo inspeccionará hoy, martes, el Centro de Detención de Tinajita para investigar las causas de la muerte de Rigoberto Singh.
Según información proporcionada por la directora del Centro de Detención de Tinajita, Mercedes Rodríguez, el reo fue atendido en la clínica del penal el viernes 11 de julio, y el día sábado estaba en el patio con los demás internos, sin presentar dificultades de salud, sin embargo, el domingo se notificó sobre su muerte.
Por su parte, Luis Gordón, director del Sistema Penitenciario Nacional, reconoció que el sistema carcelario está saturado de personas que no deben permanecer allí.
Consideró indispensable que los corregidores no envíen a individuos a las prisiones, por simples faltas administrativas.
Lamentó la muerte de Sing, al tiempo que dijo desconocer de un segundo caso de un recluso fallecido debido a un mal estomacal, en el Hospital Santo Tomás.
El caso se mantiene abierto mientras se investiga.