El ex jefe de la Guardia Nacional (GN), general Rubén Darío Paredes, alertó sobre el cansancio físico que genera entre las unidades de la Fuerza Pública, la ejecución del programa de vigilancia privada y de autogestión financiera de la institución.
A criterio del ex militar, el policía está siendo explotado por sus superiores para nutrir una cuenta especial o caja menuda que, según dijo, es manejada de forma discrecional por el director de la institución.
"El tiempo de descanso de los policías lo paga la ciudadanía a través de los impuestos, de donde se sufragan los salarios de la Fuerza Pública, en consecuencia, al ciudadano común se le está sacrificando al no recibir la calidad del servicio por el que paga", destacó Paredes.
Señaló Paredes que las unidades policiales están siendo persuadidas por sus jefes para "vender" su tiempo de recreación familiar y de descanso, lo que ocasiona que el oficial no haya descansado lo suficiente y retorne a su puesto habitual sin haber recobrado la plenitud de sus facultades físicas.
Igualmente, afirmó que dicho modelo de autogestión y vigilancia en comercios privados es a todas luces inconstitucional, porque a criterio de Paredes, ninguna entidad o agencia del Estado puede funcionar ni recibir fondos para su funcionamiento que no hayan sido contemplados en la ley de presupuesto.
"Ya hemos denunciado este vicio administrativo, abuso de autoridad y explotación de subalternos hace un año en nota a la Contraloría, sin reacción a cambio", declaró el ex general.
Para Paredes, el modelo de autogestión es injusto a todas luces para el policía, ya que no hace uso de su tiempo familiar y por tal sacrificio sólo recibe una tercera parte del pago del contrato que suscribe la institución con el empresario interesado en el servicio.
"El Sr. director Mirones ha explicado que la dirección retiene las dos terceras partes del pago, por el derecho al uso del uniforme y arma de reglamento que beneficia al empresario solicitante del servicio", destacó.
Según el general en retiro, posee informes extraoficiales que dicha cuenta de autogestión, que se nutre principalmente del sacrifico del policía en su tiempo libre, oscila en un millón de dólares.
"Este modelo de Servicio de Autogestión somete a los empresarios a pagar dos veces impuestos por la seguridad de sus empresas o el mismo servicio", cuestionó Paredes.
Continuó diciendo el ex militar que este modelo "no genera vacante para nombrar a desempleados ni en la propia Policía ni en agencias de seguridad calificadas, es decir, genera una desleal competencia con la empresa privada y no tributa impuesto sobre la renta ni cuota a la CSS".
Explicó Paredes que durante la existencia de la Guardia Nacional, aquel empresario que deseaba comprar el servicio de un miembro de la institución para custodiar sus intereses, se obligaba a hacer dicha gestión en el Ministerio de Hacienda o en la Dirección General de Ingresos.
En aquel entonces, el comandante o jefes de zonas y cuarteles "no tenían acceso a un solo centavo para la caja menuda ni otros gastos, como resultado de esta transacción totalmente transparente".