En Panamá, el 9.2% de la población padece de diabetes entre los 20 y 79 años de edad, según El Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (www.diabetesatlas.org, consultado en mayo 2010).
Según el doctor Manuel Escalante, del departamento de Endocrinología de Guadalajara, México, existen dos tipos de diabetes que se distinguen por sus orígenes. La diabetes tipo uno, que aparece por un problema inmunológico, atacando las células que producen insulina en el páncreas y las destruye, lo que ocasiona glucosa más alta. En el caso de los niños, los que no utilizan insulina pueden morir. Generalmente son niños delgados, hay pocos antecedentes de diabetes, y si se cuidan bien, no debe haber complicaciones. "Mucha gente piensa que la proteína de la leche, el desarrollo de bacterias o virus puede causar diabetes, pero no hay nada claro", afirma el endocrinólogo.
En el caso de la insulina tipo dos, son niños con obesidad o sobrepeso, que no hacen ejercicio y tienen una mala alimentación. La estadística afirma que de cada 10 niños con diabetes, seis son diabéticos tipo dos.
Entre las señales de alarma que presentan los pequeños con aumento de glucosa está el orinar mucho, que el riñón empieza a expulsar la glucosa, pero jala líquidos; empiezan a deshidratarse, a tomar mucha agua y empiezan a tener debilidad extrema, vómito y bajan de peso, en caso extremo, pueden tener coma por hiperglucemia que lo llevan a terapia intensiva.
Al ser diagnosticado, se debe individualizar el plan de alimentaciones y contar las calorías de acuerdo con la actividad física, su desarrollo y ejercicios, el incremento de la masa muscular, valorar los periodos de alimentos debido a que están en crecimiento y se debe equilibrar la dieta.
También hay que restringir el consumo de azúcares refinados (chocolates, miel, dulces) porque hace que la glucosa se dispare. Se debe dar prioridad a las frutas, pues cuenta con vitaminas y fibras. "Todas las frutas están permitidas en los diabéticos si se calcula la cantidad dependiendo de las necesidades de cada paciente", afirma Escalante.
Agrega que el estrés aporta al descontrol hormonal del individuo, pues se generan cortizol y adrenalina, que perjudica la enfermedad. Lo ideal es que el paciente esté tranquilo, pues de lo contrario, se puede descompensar. Sin embargo, no se justifica los cambios de humor, pero hay que considerar que a falta azúcar se siente desesperado y empiezan a tener temblor, taquicardia y sudan. Es importante el monitoreo constante. El 90% de los diabéticos es por lo que consumen y solo el 10% es por factores inmunológicos.
Alimento como la avena ayuda a tener mejor digestión, pero al ser fibra, en cantidades exageradas puede traer problemas. En el caso de los edulcorantes, nutritivos o no nutritivos, cuenta con un anillo que obstaculiza su absorción. "En realidad se requiere 500 sobrecitos para causar algún problema, pero como no tiene caloría, necesita un aporte extra para balancear.
A largo plazo, el azúcar en la sangre mal controlada puede deteriorar la función del corazón, riñones, ojos y nervios y ocasionar enfermedad cardiovascular, trastornos renales, ceguera, amputación de las extremidades inferiores y aun la muerte. Sin embargo, las personas con diabetes pueden tomar acción para controlar la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones. Los expertos instan a las personas con diabetes a aprender más acerca de los beneficios de la nutrición específica para diabetes y a incorporarla en el control diario de su enfermedad.
"Los niños bien controlados pueden tener una buena calidad de vida, que acepten la enfermedad, que cooperen con su médico y que cambien su conducta, concluye el especialista.
