Con los recursos con que ha vivido Panamá en los últimos años, debiésemos estar 100 veces mejor de lo que estamos. Aún con mi certificado de sexto grado, por más que sumo y resto no me salen la cuentas...
En vano trato de justificar los números rojos. Será por eso que todo mundo sospecha que reconocidos cocodrilos antediluvianos robaron más de la cuenta.
Vamos a cumplir 15 años seguidos con el jugoso "cash" del Canal, 81 bancos increíbles, la Zona Libre de Colón y un crecimiento sostenido. Pero tenemos más de dos millones de pobres, cada año hay más casas sin agua potable, pues la cifra ronda en 150, 000 en todo el país, la educación por el suelo (como la basura), la delincuencia e impunidad hacen olas y la capital de la República respirando toneladas de excretas crudas que diariamente se evacuan por los ríos y quebradas capitalinos. Penonomé y otras cabeceras de provincias también sufren de estas catástrofes ambientales.
Ninguna de estas debacles estuviésemos sufriendo, si no se hubiese atracado al Estado a través de coimas, desfalcos y prebendas, en cuyas artes son muy hábiles los políticos de siempre. Muchos estamos esperando que Martinelli se constituya de verdad en un rechazo al mundo político tradicional de Panamá, que habitualmente se nutre del clientelismo, el populismo y de su prima hermana clandestina, la corrupción.
Pero �dónde está la plata?... por qué, la Contraloría en vez de estar indagando por la clase de negros que existen en Panamá, no manda a una cuadrilla de contadores "tercerones" (S/Cartagena de Indias, la mayoría de los panameños somos negros tercerones) para averiguar y revisar millonarias cuentas e inversiones de ex funcionarios: República Dominicana, El Salvador, Miami, Islas Vírgenes. Debemos experimentar para ver si algún día cambia el pueblo y la política corrupta que predomina, no sin antes tener claro que los políticos buenos o malos son el reflejo de nosotros mismos, ellos no vienen de otras galaxias y de alguna manera somos sus mejores cómplices.
