Panamá ha fracasado en cuanto al aspecto penitenciario y es una materia pendiente que debe atender el próximo gobierno con carácter de urgencia, aseguró el Defensor del Pueblo, Ricardo Vargas.
Vargas dijo que lamentablemente no se han tomado las medidas necesarias que garanticen una mejora dentro del sistema penitenciario, entre ellas, la separación de los privados condenados y los que aún no han sido juzgados, con lo cual se evitaría el hacinamiento y se podría empezar un programa de resocialización de los detenidos.
Además, consideró como muy necesario, que se le dé vida al Consejo de Política Penitenciaria, la cual debe velar por todo lo relativo a las mejoras dentro de las cárceles, no solo en infraestructuras, sino en los programas que se tienen para buscar que, una vez el reo salga de la cárcel, no vuelva a delinquir, sino que se pueda insertar a la sociedad.
Lamentó que Panamá sea uno de los países con una superpoblación en las cárceles, donde el hacinamiento en estos centros es uno de los más altos a nivel latinoamericano.
La población penitenciaria panameña supera los 10 mil reos, y según Vargas, la mayoría de ellos aún espera por sentencia, siendo también este aspecto el más alto en el área latina.