Un conflicto se ha desatado por los pozos de aguas termales de Galique, en el corregimiento de Juay, distrito de San Félix. Allí, tanto las autoridades locales como los indígenas reclaman este territorio para la población.
El problema es que la propiedad donde están ubicados los cinco pozos fueron vendidos a un extranjero, luego de que falleciera su dueño quien residía en el distrito de San Félix.
Al menos, así lo manifiesta Magdaleno Bejerano, dirigente de la comisión por la defensa de los pozos de Galique, quien representa a los indígenas en esta lucha por recuperar esta joya natural.
Los nativos exigen a las autoridades del distrito de San Félix que procedan a defender estos pozos, porque es un bien natural del país y no podía ser vendido a ningún extranjero.
Este miércoles 15 de abril, los residentes de la comunidad se han organizado para llevar una concentración de personas y defender lo que consideran que es parte de un patrimonio que pertenece a todos los panameños.
A este lugar llegan personas de todas partes del país y hasta extranjeros para bañarse en los pozos, porque consideran que sus aguas tibias alivian algunas dolencias que padecen.
A través del Programa de desarrollo de la provincia de Chiriquí, han destinado proyectos para la recuperación de estos pozos termales.
MANANTIALES: CURATIVOS
El agua que mana de los pozos termales de Galique en Juay, tiene temperaturas relativamente elevadas, estimadas en 45� Centígrados, por lo que las personas que sufren de reumatismo, parálisis e infecciones cutáneas recurren a este lugar porque consideran que la tibieza del agua termal produce mejoría a enfermedades.
Las aguas termales han sido usadas desde hace siglos, en todo el mundo, como fuentes de cuaración.