Varios cientos de detractores del Gobierno tailandés irrumpieron ayer en la sede de la Cumbre asiática para intentar desbaratar su celebración y forzar la renuncia del primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva.
Los manifestantes, cerca de 300, consiguieron llegar hasta las puertas del hotel de lujo de la ciudad tailandesa de Pattaya, donde este fin de semana se reunirán los jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), además de China, Corea del Sur, Japón, India, Australia y Nueva Zelanda.
Tras unos forcejeos con los miembros de las fuerzas de seguridad que protegen la sede de la cumbre, el grupo de manifestantes amenazó con irrumpir en el interior del edificio si no conseguían entregar un documento con sus demandas a un representante de la ASEAN.
"He dispuesto las medidas necesarias para que los manifestantes no interrumpan la cumbre y el programa continuará como está previsto, hasta ahora hemos evitado una confrontación violenta", señaló en rueda de prensa el primer ministro tailandés.
Vejjajiva indicó que es consciente de que "mucha gente se siente frustrada, pero lo importante ahora es que el Gobierno va a trabajar por la democracia y para resolver los problemas del país".
Arismun Dongruangrong, uno de los líderes de las protestas, insistió en que su objetivo es hacer escuchar la voz de los manifestantes.
"El Gobierno de Tailandia es ilegal, no representa al pueblo, por eso exigimos la dimisión del primer ministro Abhisit y de su Gobierno", dijo a los periodistas Dongruangrong, uno de los líderes de los manifestantes, conocidos como los "camisetas rojas" por el color de las prendas que visten.
CONCENTRACION: POR CUMBRE
Cientos de seguidores de Thaksin Shinawatra, el gobernante depuesto en el golpe de estado de 2006, se concentran frente a la sede de la Cumbre asiática en Pattaya, Tailandia.