Domingo 7 de marzo de 1999

 







 

 

EN LA PROVINCIA DE COLON
Comunidad kuna en busca de una mejor forma de vida

Mauro García S.
Colón- EPASA

Un techo digno, que permita cobijarse decorosamente con las comodidades, las elementales y básicas instalaciones, para seguridad de quienes lo habitan, constituye una de las más caras aspiraciones del hombre común panameño. Lamentablemente no todos logran este objetivo.

Recientemente un grupo de damas de origen kuna, preocupadas por las condiciones insalubres de inseguridad y de exposición a muchas enfermedades en que vivían un número plural de indígenas en distintos contornos de la ciudad, y continuando la lucha de un gran número de kunas, tomaron la firme decisión de ofrecerles un panorama distinto.

Así, Icela Preciado, Toribia Pérez Kantule (q.e.p.d.) como fundadora de este grupo y otras damas, formularon un llamado a todas las familias que atravesaban por estas circunstancias a unírseles en la búsqueda de un globo de terreno para edificar sus nuevas viviendas.

Esas gestiones dieron como resultado la asignación de cinco hectáreas de terreno muy adentro de la barriada Villa Luzmila, por la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI). Sin embargo, luego de traspasarse estos bienes al Ministerio de Vivienda (MIVI), sólo se les ha permitido desarrollar el proyecto habitacional en dos de esas hectáreas.

Nace así la organización kuna "Ibeorgum", con una membresía inicial de 2,100 personas, presidida por Reina Berta García y como secretario general y presidente de la junta local, Belisario Serrano, con la intención de en lotes de 450 Mts., edificar viviendas con sanitario, recámara, comedor, sala y cocina.

Pero como declara uno de los dirigentes, el profesor Valerio Iglesias, no todo ha sido tan fácil, y falta mucho por hacer en esta primera etapa en la que se construyen cerca de 30 soluciones de viviendas que deberán estar terminadas en el mes de junio de este año.

"Yo estuve detenido en dos ocasiones -revela- por defender a mi gente ante los colonos, que nos calificaban de usurpador de tierras, intrusos, invasores, a pesar de que habíamos obtenido nuestra personería jurídica".

En medio de estas fricciones, indicaron que los colonos se negaron a recibirles las indemnizaciones por las inconveniencias que pudieron habérseles causado, logrando el tiempo, que la efervescencia haya mermado, permitiéndoles fortalecer el proyecto a manos de una organización española denominada "Manos Unidas", que les proveyó de un aporte de 200 mil dólares, que aunque insuficiente, los pusieron verdaderamente en marcha.

Ellos, con esfuerzos propios, han instalado el servicio de agua potable, el tendido eléctrico, desmontado grandes vegetaciones, han abierto caminos y construidos puentes, bajo el concepto de la autogestión.

Una de las reglas predominante para continuar ininterrumpidamente la cadena de construcción de casas, es que las familias beneficiadas, deben reembolsar a "Ibeorgum", la invasión hecha a los costos de edificación, para la continuación del proyecto.

Al igual que sus dirigentes, Reina Berta García, Belisario Serrano y Valerio Iglesias, los hombres y mujeres de Kuna Yala agrupados en la organización cooperativista "Ibeorgum", enfatizan en que todo lo han logrado " apunta de sacrificios", con sólo la ayuda de la iglesia, pero sin el concurso ni del gobierno ni de la oposición, por ello, no les interesan ni los políticos ni el momento de esta actividad que se vive.

Y mientras observan el paso de indígenas y amigos que acuden a la nueva barriada para participar en los partidos de bola suave que se escenifican en el campo de juego y en las actividades para recaudar fondos para la autogestión, el profesor Valerio Iglesias, reitera que nada detendrá este programa para ofrecer mejor calidad de vida a los kunas.

Sin embargo lamenta, que aquella membresía con que inicialmente contó la organización kuna "Ibeorgum", haya ido disminuyendo por la cesantía de muchos en sus empleos y la pérdida de los trabajos principalmente en el sector canalero, que los han obligado a devolverse a las islas, a sus anteriores modus vivendi.

 

 

 

 



 

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